lunes, 14 de junio de 2010

Crónica de la Segunda Incursión a Gnomeregan

                                                             Prototipo antiradiación


 La noche transcurría tranquila en Ciudad Manitas. El equipo incursor de Rebeldes de Gnomeregan se encontraba atareado en sus propios asuntos, como es común en los gnomos el no estarse quietos ni un instante en  su vida. Snîk se encontraba en la escuela de ingenieros de Ciudad Manitas cuando un enviado de Gelvin Mekkatorque llegó en su busca.

Encargado: [Gnomótico] ¿Snîk Sombraoscura?.- preguntó al llegar a la escuela. Snîk alzó la mirada hacia la entrada y reconoció a uno de los guardias del Manitas Mayor.

Snîk: [Gnomótico] Sí, soy yo, ¿que me necesita?.- respondió de inmediato.

Encargado: [Gnomótico] El Manitas Mayor quiere que lea este informe.- contestó el guardia mientras le hacía entrega de un papel arrugado.- Debe organizar la operación en estos momentos, el número de Troggs aumenta considerablemente en estos momentos en las proximidades de Gnomeregan y se dirigen hacia los subterráneos, deben detener ese ejército de refuerzo y destruir la nueva memoria tecnobótica de la fortaleza enemiga con el fin de diezmar sus fuerzas señor.

 El gnomo asintió con la cabeza y tomó el informe de ataque que el guardia le entregaba. Con un gesto de su mano indicó al guardia que podría marchar y se disculpó ante el maestro ingeniero por tener que ausentarse.

 Se dirigió decidido a la megafonía de Ciudad Manitas para comunicar a los miembros disponibles del equipo de incursión se reuniesen con él en el punto de encuentro. Los únicos que se encontraban operativos en el momento fueron Cladia, Void y Pelier, por lo que, aunque los medios eran escasos decidieron llevar a cabo la operación. Fue el momento perfecto para que Snîk pusiese a prueba su prototipo de equipo antiradiación de incursión. El grupo de cuatro marchó de inmediato hacia la entrada subterránea de Gnomeregan atravesando por las montañas de Dun Morogh. Sin hacer parada en Kharanos ni las Birras, se dirigieron sin demora hacia los túneles donde Cladia tuvo que abandonar la misión debido a un problema técnico de su equipo de incursión. Los tres restantes decidieron continuar con la importante misión pese a la patente falta de medios de que disponían. Alcanzaron las puertas del hangar sigilosamente, neutralizando a los troggs que encontraban por el camino e intentando evitar el conflicto con los gnomos radiados debido al descubrimiento de la anterior incursión de que no eran del todo malvados y su enfermedad quizás fuese reversible.

 Tras un duro combate en el nivel superior consiguieron acceder al hangar y eliminar la memoria de inteligencia del nuevo modelo TECNOBOT, el cual no llegaba al nivel del original ni por asomo, pero en la anterior misión, los rebeldes arrebataron a Termochufe los esquemas del tecnobot original.



Pelier                                                                                    Snîk


Mediante una maniobra disuasoria accedieron a los talleres con la llave que Kröny les facilitó para acelerar el ritmo de la incursión, atravesaron los túneles sin problema, eliminando a la resistencia radiada y lo troggs y alcanzaron el puesto de mando donde se haya el droide reconstruido de Falso Termochufe al cual eliminaron esquivando los sistemas de defensa especiales de bombas. Una vez concluído este objetivo, el equipo pretendía dirigirse a los túneles que comunican con los niveles inferiores a neutralizar la amenaza trogg, pero Termochufe les tenía preparados una sorpresita. Las válvulas de escape de radiación volvieron a abrirse y Snîk detectó en su traje una subida de radioactividad, por lo que vieron obligados a emprender la fuga. En el camino, Pelier cayó intoxicado, suerte que Snîk llevaba consigo un prototipo de asalto de Recombobulación que consiguió eliminar los efectos de la intoxicación y pudieron continuar la huída.

 El equipo llegó al elevador en busca de las cápsulas de escape pero solo quedaba una, por lo que enviaron a Pelier en ella debido a su actual estado de debilidad para evitar males mayores y lo sacaron de la ciudad de vuelta al exterior. Snîk y Void marcharon eliminando, parando y esquivando a los troggs y gnomos radiados hasta que, a punto de llegar a la superficie, la radiación derribó a Void. Snîk eliminó y limpió la zona como pudo aunque recibió un corte en el brazo con muy mala pinta y socorrió a Void. Pero el recombobulador debía recargarse, no estaba previsto tener que reutilizarlo en tan poco tiempo, por lo que atendió como pudo a Void que se debatía entre la vida y la muerte, tomando aspecto de cadáver en ocasiones.... o quizás fuesen delirios de Snîk debidos a la herida... La cuestión es que el recombobulador se recargó y Snîk consiguió reanimar a Void lo suficiente para que fuese capaz de montar su Mecanozancudo y huir los dos hacia Forjaz.

 La misión había fallado. En estos momentos un gran ejército trogg ocupa los niveles superirores de Gnomeregan difucultando aún más su reconquista. Snîk envió el informe del fracaso a Gelvin mediante el Comunicador Gnómico y los dos miembros del equipo se retiraron a la base de operaciones a descansar.

 Todo había sido una trampa, habían fracasado. Pero no podían rendirse. Estaban seguros de que verían un nuevo amanecer en el que Gnomeregan volvería a brillar.

Void y Snîk en el centro de operaciones de Rebeldes de Gnomeregan

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